¿Se ha fijado alguna vez que al
caminar por un centro comercial siempre pasa por delante de algunas vitrinas y
no las mira por segunda vez? O, en otro caso, ¿se ha dado cuenta de que una
tienda con vitrinas y estantes sucios no lo invita a entrar?
Lo mismo sucede con Internet. Un
sitio Web poco profesional inmediatamente presenta una calidad deficiente ante
el cliente, aun cuando los productos que vende sean de buena calidad. Es igual
que en el mundo real. No obstante, hay una gran diferencia.
En Internet usted puede dar la
mejor impresión sin necesidad de gastar más dinero, no así en el mundo real.
Para dar una buena impresión en
el mundo real es necesario invertir grandes sumas en una tienda con una imagen
sobresaliente. En Internet, hasta los pequeños comerciantes pueden parecer
grandes empresas. Después de todo, los consumidores sólo ven páginas Web. Si
las páginas están bien diseñadas, es posible que sus clientes piensen que su
empresa es mucho mayor de lo que realmente es.
Es precisamente el truco que
utilizan muchas empresas en línea que han logrado competir con éxito con los
peces gordos.
Usted también puede usar la misma
estrategia, independientemente de si utiliza un software para creación de
tiendas como ShopFactory, que le ofrece diseños galardonados, o si opta por
contratar a un diseñador para que cree su sitio.
Si va a presentar su negocio en
Internet, debe hacerlo como corresponde. No arriesgue su reputación con una
presentación en Internet poco profesional.
Su
página principal
El inicio de su sitio Web, su "página principal", es como su vitrina.
El inicio de su sitio Web, su "página principal", es como su vitrina.
Debe tener un aspecto profesional
e invitar a la gente a entrar a su tienda.
Muchos sitios Web sólo tienen un
logotipo bonito en la página principal y los nuevos visitantes deben adivinar
de qué se trata.
En el mundo real, son contadas
las oportunidades en que usted encontrará una tienda que no utilice la vitrina
para dar a conocer lo que ofrece.
No piense que en Internet es
diferente. La gente puede dejar atrás un sitio Web con la misma velocidad que
pasa sin mirar una tienda en un centro comercial.
Por otra parte, un diseño
profesional no implica grandes artilugios. Una disposición limpia, una imagen
sencilla y un texto interesante funcionan mucho mejor que las páginas
sobrecargadas, que tienden a confundir al visitante y no transmiten un concepto
claro del sitio.
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