Antes de vender algo a una
persona, debe saber cuáles son sus necesidades. A continuación le indicamos
cómo averiguarlas:
Haga la tarea
Antes de reunirse con el
cliente, averigüe todo lo posible acerca de su sector. Una buena estrategia de
mercadeo es Lea los diarios de negocios pertinentes, vaya a la biblioteca y
busque revistas con artículos acerca de su producto o industria. Descubra
quiénes son los competidores de su cliente, cuáles son los próximos cambios en
su empresa y cuáles son los temas principales que le preocupan. Pero siempre
recuerde que obtendrá la mejor información y visión de los temas que preocupan
a su cliente al hablar directamente con él.
Abra su mente, no su
muestrario
Al reunirse con un cliente,
no vaya con una idea preconcebida de lo que le va a vender y la forma en que lo
hará. Venderá más a largo plazo si averigua los aspectos de la transacción que
más le preocupan a su cliente. Por ejemplo, aun cuando usted y sus competidores
estén vendiendo el mismo producto al mismo precio, a su cliente le pueden
preocupar las condiciones de pago, a otro podría interesarle específicamente la
confiabilidad de los envíos y para otro lo más importante podrían ser las
garantías que ofrece el producto. Si entra y abre su caja de productos antes de
averiguar estos aspectos, se perderá la oportunidad de mercadeo y destacarse
entre la competencia.
Escuche atentamente
Cuando haga una visita de
negocios, procure al menos equilibrar la información que reúne con la que
entrega. Esto significa hacer preguntas y esperar hasta que su cliente haya
terminado de responder. No comience a hacer objeciones antes de que su
potencial cliente haya terminado de hablar. Mientras más escuche a sus
clientes, mejor entenderá los aspectos que les preocupan. Una vez que los
conozca, asegúrese de que sus presentaciones de mercadeo aborden esas
preocupaciones y, finalmente, logrará hacer el negocio.
Formule preguntas que
permitan entablar un diálogo
No formule preguntas cerradas
que sólo le reporten un "sí" o un "no" como respuesta. Este
tipo de preguntas normalmente comienzan con palabras como "Es",
"Son" o cualquier otra forma verbal. En lugar de eso, trate de
formular preguntas que comiencen con "qué", "cuándo",
"dónde", "cómo", "dígame" y "por qué",
ya que ellas prácticamente obligan a la persona a dar respuestas más
elaboradas. Obtendrá respuestas que permitirán iniciar conversaciones. Por
ejemplo, si pregunta: "¿Tiene problemas con los proveedores?" no
llegará tan lejos como si pregunta: "¿Qué le gustaría que sus proveedores
mejoraran?" Su objetivo es que su potencial cliente hable de sus problemas
e inquietudes de modo que usted pueda encontrar la forma de solucionárselos a
través de su empresa.
Evite las preguntas que le
cierren la puerta
En lugar de eso, formule
preguntas de mercadeo que soliciten
información clave. Si pregunta a un cliente: "¿Le puedo hacer una
proposición en relación con ese proyecto?", obtendrá como respuesta un
"sí" o un "no" y sería todo. En cambio, si comienza
diciendo: "Dígame los criterios que busca en una propuesta...", podrá
obtener información fundamental en lugar de finalizar la conversación.
Encueste a sus clientes
actuales y potenciales
Use cuestionarios escritos o
encuestas telefónicas para averiguar más acerca de sus clientes actuales y
potenciales. Solicite a sus actuales clientes que comenten acerca de su nivel
de satisfacción con su producto o servicio. O bien, puede diseñar una encuesta
que le entregue información acerca de las necesidades comerciales de sus
potenciales clientes. Cuando un cliente actual o potencial se dé el trabajo de
contestar un cuestionario, habrá logrado algo más que simplemente aprender de
sus respuestas. El hecho de que ellos hayan hecho al menos el mínimo esfuerzo
le da una idea del nivel de interés que tienen en su producto o servicio. Ahora
se puede decir que tiene un buen contacto para luego hacer seguimiento.
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