Como emprendedor, proyectar
una imagen de líder confiado a tus inversionistas, empleados y clientes es
crucial. Pero la confianza en uno mismo no llega naturalmente para todos.
Aprender a pensar como una
persona confiada puede ayudarte a encontrar compostura, sin importar qué tan
grande sea el reto. “La confianza es saber que puedes afrontar cualquier
situación con las habilidades, fortalezas y características que se necesitan”, dice
Marci G. Fox, psicoterapeuta y autora de Think Confident, Be Confident. “Es
saber que puedes lidiar con la situación, o al menos encontrar a alguien que te
ayude a hacerlo”.
Tener dudas de ti mismo te
impide tomar los riesgos necesarios para dirigir una empresa exitosa.
“Sobreestimas los riesgos en tu mente”. “Te ves a ti mismo más vulnerable y
olvidas lo capaz y competente que eres”.
Demasiado seguido, las dudas
que quitan lo mejor de nosotros están sustentadas en preocupaciones
innecesarias sobre algo que salió mal en el pasado o que podría salir mal en el
futuro. La confianza permite enfocarte en el presente; en preocupaciones
realistas sobre temas que están ocurriendo ahora. Al hacer eso, usas tu energía
en problemas que puedes resolver, lo que te hace más exitoso y refuerza tu
seguridad.
Aplica estos tres consejos
para convertirte en un líder más confiado, sin importar la situación ni el
contexto en el que te encuentres:
1. Primero, los hechos
Los sentimientos de duda y
ansiedad (ambos señales de falta de confianza) inician con un pensamiento
negativo como “Soy pésimo haciendo presentaciones”. La mayoría de las veces,
esas creencias son falsas. “Sólo porque lo sientas o pienses no significa que
sea real”.
Para mantenerte confiado,
evalúa los pensamientos negativos. Por ejemplo, si piensas que los inversores
dudan de tus habilidades, pregúntate cuáles son las evidencias que soportan esa
creencia y cuáles tienes en contra. Si los hechos demuestran que es verdad, haz
una lluvia de ideas para encontrar soluciones a ese problema; si no, usa tu
lista para deshacerte de ese pensamiento.
2. Reconoce tus logros
Mientras trabajas hacia una
gran meta como lanzar un producto, presta atención a los éxitos diarios para
mantener alta la confianza. “Generalmente estamos tan enfocados en lo que no
hemos hecho que no vemos nuestro progreso”.
En lugar, voltea tu atención
hacia todo lo que has conseguido. Al final de cada día, escribe cinco cosas que
completaste o aprendiste. “Date crédito por lo que haces”; “Cada paso te acerca
un poco más hacia el objetivo final”.
3. Actualiza tu imagen
personal
Cuando dudamos de nuestras
habilidades, generalmente recordamos momentos embarazosos o dolorosos cuando
hicimos una tarea terriblemente. Pero esas memorias están caducas. “Una persona
que teme hablar en público podría tener un flash back a una ocasión en
secundaria cuando lloró frente a la clase”.
La realidad es que
constantemente estás aprendiendo y, con la experiencia, te haces mejor en
identificar a quién y cómo pedir ayuda. Cuando te encuentres en una situación
en la que dudes de ti mismo, piensa en las habilidades que has ganado y actúa
que eres esa persona (la versión actualizada y mejorada de ti) y que tienes la
experiencia suficiente para triunfar.
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