La productividad se ha convertido en un tema de interés para muchos en las últimas décadas. Sin embargo, ser productivo no es sólo un tema de “trabajar mucho”, sino de la utilización óptima de nuestros recursos para hacer cualquier cosa.
Empecemos con hacer notar que para el día a día nuestro recurso más
valioso es el tiempo. Éste es la materia prima que invertimos en todo y para
todo, desde trabajar, descansar e interactuar con otras personas, hasta
trasladarnos de un lugar a otro, divertirnos o ir al baño. El tiempo es la
“moneda de cambio” para nuestras vivencias en general, así que administrarlo y
emplearlo adecuadamente debería estar definitivamente en el interés de cada uno
de nosotros.
Evidentemente, la productividad se ha relacionado con temas
principalmente profesionales. Sin embargo, ésta aplica también para el ámbito
personal. Considera que ser productivos no es una “meta” a la cual se debe
“llegar”, sino más bien el camino a través del cual llegas a las cosas que
quieres para ti. Hay caminos que son cortos, hay otros largos y hay algunos que
no llegan a ningún lado. A continuación, quiero compartir “X” principios que
pueden ayudar a ser más productivos:
1. Organízate
Si quieres “llegar a algún lugar”, lo primero que tienes que decidir es
“a dónde quieres ir”. Así que todo comienza con definir qué hacer.
Visualiza tu día y anota cada uno de los pendientes y actividades que deseas hacer.
Evalúa la carga de actividad que te estás trazando.
Recuerda que un exceso de actividades te generará estrés y te hará perder foco, mientras que tener actividades de menos, harán que caigas en el ocio y provocarán tu dispersión.
Conforme vayas realizando las actividades que te propusiste para tu día, táchalas de tu lista. Cada tache que cuentes será una motivación para seguir adelante.
Visualiza tu día y anota cada uno de los pendientes y actividades que deseas hacer.
Evalúa la carga de actividad que te estás trazando.
Recuerda que un exceso de actividades te generará estrés y te hará perder foco, mientras que tener actividades de menos, harán que caigas en el ocio y provocarán tu dispersión.
Conforme vayas realizando las actividades que te propusiste para tu día, táchalas de tu lista. Cada tache que cuentes será una motivación para seguir adelante.
2. Prioriza y administra el valor de tu tiempo
De todas las actividades que te propones, siempre habrá algunas más
importantes que otras, unas críticas y otras pasajeras. Dale a cada una el
lugar que le corresponde y asígnale momentos durante tu día. Además, considera
que no cuentas con la misma energía durante todo el día, por lo que hay ciertas
actividades que te favorecerá hacer al inicio de tu jornada, mientras que otras
pueden esperar a momentos en los que no requieres de tu 100% de capacidad.
3. Divide proyectos mayores en actividades pequeñas y “cumplibles”
Hay tareas que pueden tomar días o incluso semanas. En lugar de estar aplazando día con día la consecución de una sola tarea, puedes dividirla en múltiples actividades que podrás eliminar de tu “agenda” conforme vayas avanzando. El hecho de llevar la cuenta de varias actividades por día, te dará foco en la realización de tu proyecto y te permitirá medir tu productividad. Algo muy importante es que si no alcanzas acabas en el tiempo que pensaste, re-agéndalo o reagenda las cuestiones que moverás para terminar la tarea inconclusa.
4. Mantén el enfoque en tus actividades
La velocidad con la que nos movemos en las grandes ciudades suele
empujarnos a estar “en varias cosas a la vez”. Sin embargo, esta puede ser una
práctica que mine drásticamente nuestra productividad, ya que tiende a
dispersarnos y a hacernos perder foco. Por el contrario, enfocarnos en lo que
hacemos en el momento, puede ser uno de los mejores hábitos para cultivar la
productividad. Es por esto que hay que evitar cualquier distractor que nos
interrumpa de las cosas que hacemos. Es sorprendente como el promedio en las
empresas es de una interrupción cada 11 minutos.
Interrumpir una actividad no sólo afecta el tiempo en el que teníamos
considerado terminar, sino que para retomarla tendremos que gastar más energía,
generalmente regresando a un nivel de concentración menor al que se tenía
anteriormente. Cuidado con las juntas, las llamadas y principalmente el
internet. Las interrupciones indiscriminados desordenan la organización del día
y merman drásticamente la productividad.
5. Descansa
Ser eficiente no se trata de tener un día lleno de actividades que nos
ocupen al 100%. Eso, sencillamente, no es posible. Para ser productivo se trata
de administrar tus recursos de la manera que mejor te conviene y, uno de los
tiempos mejores aprovechados puede ser un descanso necesario. Tener pequeños
recreos para descansar y relajarte son esenciales, así tu mente rendirá cuando
se le requiere. Lo importante aquí es los tiempos que asignes para descansar
sean realmente cambios de actividad que te saquen de tu rutina.
6. Desarrolla y cumple tu rutina
La productividad está directamente relacionada con el orden personal.
La posibilidad de desarrollar una rutina y la intención de cumplirla
cabalmente, te darán un sencillo mapa del camino que debes seguir para cumplir
tus objetivos.
Para esto, la disciplina aquí es el ingrediente principal. El problema
es que ésta no puede ser comprada ni contagiada, sino que más bien hay que
ejercitarla. Cuida los pequeños detalles y actividades y esfuérzate en cumplir
cada uno de las actividades que te trazas al principio del día.
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